Cómo ahorrar la primera vez que se abastece la cocina

Como estudiante universitario que vive fuera de casa, quizás por primera vez en tu vida, eres tú quien se encarga de todas tus necesidades dietéticas. Nadie te va a llenar la nevera y la despensa con tus tentempiés favoritos ni te va a preparar la mejor cena cada noche. Si quieres comer, tienes que planificarlo.

Todas esas compras y preparativos pueden resultar abrumadores, ¡y caros! Sin embargo, con un poco de planificación y establecimiento de prioridades, puedes dominar la alimentación en el dormitorio sin vivir a base de fideos ramen ni endeudarte.

He aquí cómo ahorrar en gastos de alimentación en la universidad:

1. Planifica con antelación. No querrás gastarte todo tu presupuesto en un solo viaje al supermercado ni ponerte los "quince del primer año" antes de haber hecho tu primer examen. Mantente bien alimentado y con tu presupuesto intacto planificando cuidadosamente tu menú. Dedica unos minutos al principio de cada mes a planificar el menú de las semanas siguientes. Elabora una lista de la compra basada en tu menú y abastécete de todo lo que necesites. De este modo, tendrás una comida equilibrada al alcance de la mano en cualquier momento y no caerás en la tentación de volver a comer fuera porque estás absolutamente famélico.
2. Atrévete a compartir. Los grupos de estudio a veces pueden ser poco productivos, pero la preparación de la comida siempre es una buena idea para compartir. Coge a tu amigo que disfruta con este tipo de actividades y es genial con los detalles. Busca a otro que sea aspirante a chef, y a tu colega que siempre sabe olfatear un chollo. Luego, a ver si podéis compartir los gastos de comida y la planificación. Aprovechad los talentos de cada uno para hacer la compra por menos dinero y planificar comidas nutritivas y deliciosas.
3. Elige con cuidado un plan de comidas
   Si tu colegio ofrece comidas planificadas de antemano, no te apuntes a nada hasta que estés seguro de que te lo vas a comer. Muchas opciones de menú suenan mejor sobre el papel, y no tiene sentido pagar por comida que no te vas a comer. Pide ayuda a los alumnos mayores para saber qué está bueno y qué no en lo que se refiere al menú escolar.
4. Aléjate de las máquinas expendedoras
   No eches todo el contenido de tu cartera en máquinas expendedoras demasiado caras. Las chocolatinas compradas en paquetes grandes en el supermercado pueden ser un 75% más baratas que las que encontrarás en una máquina expendedora. Haz acopio de tus tentempiés favoritos para llevar y guarda algunos en la mochila del colegio para tener algo que picar cada vez que pique el gusanillo.

Ahora eres tú quien controla tu alimentación. Sé inteligente y planifica con antelación un plan de alimentación equilibrado y económico.